La competencia de tres días de duración y con 140 autos antiguos clásicos y deportivos piloteados por binomios de quince nacionalidades fue considerada por Meyer como “un acontecimiento deportivo y turístico” que permite “continuar promocionando los paisajes de la Argentina en el mundo”.
La prueba suma puntos a nivel internacional para el campeonato FIVA (Federación Internacional de Vehículos Antiguos) y es una de las competencias de regularidad más exigentes del mundo.